English below
Después de dejar Yungay atrás nos internamos en plena Cordillera Blanca, territorio dominado por nevados y lagunas de colores turquesas. También es territorio quechua, que es la lengua mayoritariamente usada y también es la zona donde más resentimiento al “gringo” hemos notado. No cabe duda que es una zona de gran belleza donde hay zonas olvidadas por la civilización a la que solo se accede por feas y pedregosas trochas. Este aislamiento se acentúa cuando asfaltan el valle vecino, ya que el tráfico se desvía y hasta se suspenden los servicios de autobuses. Cuando vas por una de estas trochas, los pueblos que atraviesas parecen sacados de otro tiempo, aunque es verdad que en la Sierra del Perú la vida, en general, parece pertenecer a inicios del siglo pasado. La pobreza que se ve en el Perú, especialmente en zonas rurales es algo que cuesta digerir. Ver a ancianos que apenas pueden tenerse en pie tener que trabajar para poder comer es la clara señal que el mundo está enfermo. Casi todas las casas de los pueblos están pintadas con eslóganes de políticos, quizás una buena salida para vivir mejor, como cuando en la edad media los padres mandaban a sus hijos menores a hacerse curas.
De San Luis a Huánuco tuvimos el tramo más duro que hemos hecho hasta ahora en Perú, fundamentalmente por el estado de los caminos. Ha tocado empujar y sudar mucho, avanzar a paso de hormiga en un silencio sepulcral y un entorno inmenso, apenas interrumpido por alguna camioneta perdida que nos bañaba en polvo y humo al pasar. Conocimos gentes extraordinarias, movidas por sentimientos de solidaridad y caridad que haciendo caso omiso a aquellos que los instaban a vivir una vida “segura” y “productiva” en occidente, partieron hacia el Perú para hacer lo que les dictaba su corazón, sin obtener nada más a cambio que la felicidad de vivir la vida que ellos realmente querían vivir. Gente de base, de hechos y no de palabras. Gentes que llevan 25 años trabajando sin ganar un solo euro, manteniéndose solo con donaciones que llegan de Italia. Ninguno tenía el rostro de amargura e infelicidad que tanto conocemos. Sí, se puede vivir de otra forma.
Quienes nos conocen reirán si decimos que hemos dormido en el obispado y que pasamos un buen rato hablando de tiempos pasados, probablemente, con el único obispo que ha dado misa en la cima del Huascarán. Definitivamente en el Perú todo es posible. Como que gane las elecciones la señora Keiko Fujimori, que a pesar del pasado reciente delictivo de su familia es la gran favorita para ganar. Y es que estamos asustados de la ignorancia que reina en el país, empezando por los mismos maestros, muchos de los cuales no saben que en Italia se habla italiano o que para ir a Argentina no hace falta volar. Es una diferencia abismal con países como Cuba, por ejemplo, donde la gente era pobre, pero formada. Los gobernantes lo saben y saben que juega a su favor, por eso no se fomenta mejorar la calidad de la educación. Por el contrario, se ríen del pueblo a la cara poniendo carteles en la carretera rezando “El agua es vida, no la contamines”, poco después de una mina que lleva contaminando los ríos de plomo, zinc o lo que sea desde hace décadas, o carteles diciendo “Cuidemos el medio ambiente”, justo después de otra mina que provoca que por arte de magia el agua del río sea naranja... Esto nos enerva porque estamos encontrando gente maravillosa, de buen corazón y muy simpática que trabaja duro para salir adelante sin que parezca que puedan soñar con atisbar un futuro mejor. Nos da rabia que haya tanta diferencia entre una élite que dirige y una mayoría que obedece. Los peruanos se merecen una vida mejor y lo deseamos fervientemente.
A partir de Huánuco, llega el asfalto, el tráfico loco y más minas. Echamos de menos las trochas olvidadas, allí al menos disfrutábamos de la naturaleza y la tranquilidad. Podríamos buscar rutas alternativas pero decidimos seguir por la línea más directa hacia el Cuzco. Pasada la Cordillera Blanca el paisaje decae en picado, es como si el pelotón ya empiece a pensar en clave Boliviana. Dicen que después de Huancayo baja el tráfico, ojalá sea así porque no hay nada más peligroso que un peruano al volante. Tenemos un presentimiento que lo mejor del Perú ya lo dejamos atrás.
Pero esa, será otra historia…(fots debajo)
English
After leaving Yungay behind, we entered the Cordillera Blanca, territory of snow capped mountains and pristine turquoise lagoons. Quechua is the main spoken language and this also is the area where we felt the strongest resentment against the “gringo”. Without any doubt it is an incredibly beautiful place with forgotten areas that can only be reached by horrible and stony dirt paths. This isolation increases when the nearby valley gets paved, because the traffic gets diverted and public transportation suspended. When you follow one of these dirt paths, the villages you cross seem to come straight out of the past century, like generally life in the Peruvian Sierra. It is hard to deal with Peru´s poverty, especially in rural areas. To see elderly people who barely can walk that have to work to survive is the clear sign that the world is sick. Nearly every house is painted with slogans about politicians; maybe this is the only way to have a better life, just like in the middle age when parents sent their children to be priests.
From San Luis to Huánuco we experienced the most difficult part of our Peruvian trip, basically because of the terrible road condition. We had to push and sweat a lot, moving forward at a snail´s pace in an immense environment quite as a tomb, with very few trucks passing by and covering us in dust and smoke. We met extraordinary people, moved by sentiments of charity and solidarity, who, ignoring a society that pressured them to live a “safe” and “productive” life in the Western world, went to Peru to follow their hearts without getting anything else than the happiness of living the life they really wanted. People who are working since 25 years without earning any money, supporting theirselves only with donations arriving from Italy. None of them had that face of bitterness and unhappiness that we know so well. Yes, it is possible to live in a different way.
People who know us will laugh when they read that we slept in the bishop´s house and that we talked a lot about times gone by with probably the only bishop who hold Mass on top of the Huascarán Mountain. Definitely, everything is possible in Peru. Even that Miss Keiko Fujimori is the favourite candidate in the presidential elections, despite her family´s recent criminal past. We are shocked by the ignorance of the country, starting from the teachers, who many times do not know that in Italy, Italian is spoken or that you do not need to fly to get to Argentina. There is a huge difference with other countries, for example Cuba, where people where poor but educated. The governors know that and they know they can take advantage of it, so they do not encourage education. On the other hand, they laugh in their face putting up signs on the road saying “Water is life, do not pollute it” just after a mine that is contaminating rivers with lead, zinc and whatever else since decades. Or signs saying “Let´s take care of our environment”, just after another mine that causes an orange river…This really freaks us out, because we are meeting amazing, good hearted and nice people who are working hard to get ahead, even if it doesn´t seem that there is a better future in sight. This huge difference between the leading elite and the obeying majority makes us so angry! Peruvians deserve a better life and we really hope this will happen.
Starting from Huánuco we find pavement, crazy traffic and more mines. We miss the forgotten dirt paths, where at least we could enjoy nature and tranquillity. We could look for alternative routes but we decided to follow a straight line to Cuzco. After the Cordillera Blanca the scenery worsened strongly and we already start to think about Bolivia. People say that after Huancayo the traffic will decrease and we really hope so, because there is nothing more dangerous than a Peruvian behind the steering wheel. We have the feeling that we already saw the best part of Peru.
But this is another story…
Después de dejar Yungay atrás nos internamos en plena Cordillera Blanca, territorio dominado por nevados y lagunas de colores turquesas. También es territorio quechua, que es la lengua mayoritariamente usada y también es la zona donde más resentimiento al “gringo” hemos notado. No cabe duda que es una zona de gran belleza donde hay zonas olvidadas por la civilización a la que solo se accede por feas y pedregosas trochas. Este aislamiento se acentúa cuando asfaltan el valle vecino, ya que el tráfico se desvía y hasta se suspenden los servicios de autobuses. Cuando vas por una de estas trochas, los pueblos que atraviesas parecen sacados de otro tiempo, aunque es verdad que en la Sierra del Perú la vida, en general, parece pertenecer a inicios del siglo pasado. La pobreza que se ve en el Perú, especialmente en zonas rurales es algo que cuesta digerir. Ver a ancianos que apenas pueden tenerse en pie tener que trabajar para poder comer es la clara señal que el mundo está enfermo. Casi todas las casas de los pueblos están pintadas con eslóganes de políticos, quizás una buena salida para vivir mejor, como cuando en la edad media los padres mandaban a sus hijos menores a hacerse curas.
De San Luis a Huánuco tuvimos el tramo más duro que hemos hecho hasta ahora en Perú, fundamentalmente por el estado de los caminos. Ha tocado empujar y sudar mucho, avanzar a paso de hormiga en un silencio sepulcral y un entorno inmenso, apenas interrumpido por alguna camioneta perdida que nos bañaba en polvo y humo al pasar. Conocimos gentes extraordinarias, movidas por sentimientos de solidaridad y caridad que haciendo caso omiso a aquellos que los instaban a vivir una vida “segura” y “productiva” en occidente, partieron hacia el Perú para hacer lo que les dictaba su corazón, sin obtener nada más a cambio que la felicidad de vivir la vida que ellos realmente querían vivir. Gente de base, de hechos y no de palabras. Gentes que llevan 25 años trabajando sin ganar un solo euro, manteniéndose solo con donaciones que llegan de Italia. Ninguno tenía el rostro de amargura e infelicidad que tanto conocemos. Sí, se puede vivir de otra forma.
Quienes nos conocen reirán si decimos que hemos dormido en el obispado y que pasamos un buen rato hablando de tiempos pasados, probablemente, con el único obispo que ha dado misa en la cima del Huascarán. Definitivamente en el Perú todo es posible. Como que gane las elecciones la señora Keiko Fujimori, que a pesar del pasado reciente delictivo de su familia es la gran favorita para ganar. Y es que estamos asustados de la ignorancia que reina en el país, empezando por los mismos maestros, muchos de los cuales no saben que en Italia se habla italiano o que para ir a Argentina no hace falta volar. Es una diferencia abismal con países como Cuba, por ejemplo, donde la gente era pobre, pero formada. Los gobernantes lo saben y saben que juega a su favor, por eso no se fomenta mejorar la calidad de la educación. Por el contrario, se ríen del pueblo a la cara poniendo carteles en la carretera rezando “El agua es vida, no la contamines”, poco después de una mina que lleva contaminando los ríos de plomo, zinc o lo que sea desde hace décadas, o carteles diciendo “Cuidemos el medio ambiente”, justo después de otra mina que provoca que por arte de magia el agua del río sea naranja... Esto nos enerva porque estamos encontrando gente maravillosa, de buen corazón y muy simpática que trabaja duro para salir adelante sin que parezca que puedan soñar con atisbar un futuro mejor. Nos da rabia que haya tanta diferencia entre una élite que dirige y una mayoría que obedece. Los peruanos se merecen una vida mejor y lo deseamos fervientemente.
A partir de Huánuco, llega el asfalto, el tráfico loco y más minas. Echamos de menos las trochas olvidadas, allí al menos disfrutábamos de la naturaleza y la tranquilidad. Podríamos buscar rutas alternativas pero decidimos seguir por la línea más directa hacia el Cuzco. Pasada la Cordillera Blanca el paisaje decae en picado, es como si el pelotón ya empiece a pensar en clave Boliviana. Dicen que después de Huancayo baja el tráfico, ojalá sea así porque no hay nada más peligroso que un peruano al volante. Tenemos un presentimiento que lo mejor del Perú ya lo dejamos atrás.
Pero esa, será otra historia…(fots debajo)
English
After leaving Yungay behind, we entered the Cordillera Blanca, territory of snow capped mountains and pristine turquoise lagoons. Quechua is the main spoken language and this also is the area where we felt the strongest resentment against the “gringo”. Without any doubt it is an incredibly beautiful place with forgotten areas that can only be reached by horrible and stony dirt paths. This isolation increases when the nearby valley gets paved, because the traffic gets diverted and public transportation suspended. When you follow one of these dirt paths, the villages you cross seem to come straight out of the past century, like generally life in the Peruvian Sierra. It is hard to deal with Peru´s poverty, especially in rural areas. To see elderly people who barely can walk that have to work to survive is the clear sign that the world is sick. Nearly every house is painted with slogans about politicians; maybe this is the only way to have a better life, just like in the middle age when parents sent their children to be priests.
From San Luis to Huánuco we experienced the most difficult part of our Peruvian trip, basically because of the terrible road condition. We had to push and sweat a lot, moving forward at a snail´s pace in an immense environment quite as a tomb, with very few trucks passing by and covering us in dust and smoke. We met extraordinary people, moved by sentiments of charity and solidarity, who, ignoring a society that pressured them to live a “safe” and “productive” life in the Western world, went to Peru to follow their hearts without getting anything else than the happiness of living the life they really wanted. People who are working since 25 years without earning any money, supporting theirselves only with donations arriving from Italy. None of them had that face of bitterness and unhappiness that we know so well. Yes, it is possible to live in a different way.
People who know us will laugh when they read that we slept in the bishop´s house and that we talked a lot about times gone by with probably the only bishop who hold Mass on top of the Huascarán Mountain. Definitely, everything is possible in Peru. Even that Miss Keiko Fujimori is the favourite candidate in the presidential elections, despite her family´s recent criminal past. We are shocked by the ignorance of the country, starting from the teachers, who many times do not know that in Italy, Italian is spoken or that you do not need to fly to get to Argentina. There is a huge difference with other countries, for example Cuba, where people where poor but educated. The governors know that and they know they can take advantage of it, so they do not encourage education. On the other hand, they laugh in their face putting up signs on the road saying “Water is life, do not pollute it” just after a mine that is contaminating rivers with lead, zinc and whatever else since decades. Or signs saying “Let´s take care of our environment”, just after another mine that causes an orange river…This really freaks us out, because we are meeting amazing, good hearted and nice people who are working hard to get ahead, even if it doesn´t seem that there is a better future in sight. This huge difference between the leading elite and the obeying majority makes us so angry! Peruvians deserve a better life and we really hope this will happen.
Starting from Huánuco we find pavement, crazy traffic and more mines. We miss the forgotten dirt paths, where at least we could enjoy nature and tranquillity. We could look for alternative routes but we decided to follow a straight line to Cuzco. After the Cordillera Blanca the scenery worsened strongly and we already start to think about Bolivia. People say that after Huancayo the traffic will decrease and we really hope so, because there is nothing more dangerous than a Peruvian behind the steering wheel. We have the feeling that we already saw the best part of Peru.
But this is another story…
Caminar y dejarse llevar. To walk and to go with the flow. |
Hay caminos que jamás serán asfaltados… There are paths that will never be paved… |
Cordillera Blanca. |
Parece las campas de Urbía, Oñati. Looks like the plains of Urbía, Oñati. |
La comida cuando se come en sitios bonitos, sabe mejor. Food tastes better when you eat it in beautiful places. |
Pintorescos y elaborados balcones del bonito y afortunado pueblo de Chacas. Picturesque and elaborate balconies in the beautiful and lucky village of Chacas. |
Pasado y presente. The past and the present. |
Típica tiendita de la Sierra. Typical shop in the Sierra. |
Ancianitos llevando sus animales de un sitio a otro, una estampa muy repetida. Elderly people moving their animals from one place to another, a typical image. |
“Gringo, estudias o trabajas?” “Gringo, how are you doing?” |
Lagunas, una detrás de otra. Lagoon, one after the other. |
Aurrera!
ResponderEliminarBerdin berdin Lontxo!!!!!
EliminarHi Evelin and Aitor!! What stunning scenery in Peru. Thinking of you, travel safe! Hugs, Barb and Les Barna
ResponderEliminarYes! And now heading to the stunning lonely landscapes of Bolivia, where we will cross very few people, as we like :) we are getting old and we are scared of places with too many people, that is why we enjoyed so much Alaska, Canada and the States (inland route, of course)... We guess you are having a great Summer up there :) lots of hugs!!!!
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