English below
San Ignacio fue el lugar elegido para reposar unos días después del famoso tramo final ecuatoriano. El pueblo en sí no tenía nada en especial pero nos sirvió para darnos cuenta que la comida era más variada y rentable que en el Ecuador y para prepararnos para ser llamados “gringos” con más insistencia que en ninguna otra parte. Aquí llaman “gringo” a todo el que no es morenito, aunque todo hay que decir, que la mayoría sin mala fe. Nunca nos acostumbraremos aunque ya hemos desarrollado el mecanismo para que el vocablo g-r-i-n-g-o pase sin hacer ruido por el sistema auditivo y sin ser descifrado por el cerebro (como si fuera un dron). Pronto descendimos al río Marañón, y lo cruzamos en barca para ahorrarnos entrar en Jaén, un atajo que no resultó tal por el terrible estado en que las lluvias dejaron las trochas. Fue imposible no venirnos a la memoria a Lope de Aguirre y sus marañones cuando 450 años atrás iniciaron en este río una odisea que hoy sería impensable.
Si algo nos ha sorprendido ver es la cantidad de cañones y estrechos desfiladeros que habríamos de atravesar. Estos lugares a Evelin le producen angustia, especialmente cuando la carretera se estrecha y besamos la caída al río. En las cercanías al río Utcubamba florecieron grandes civilizaciones antes de que los incas, los imperialistas de la época prehispánica, ocuparan el lugar. Sus herederos, a pesar de sufrir una pobreza crónica, han sido casi siempre muy hospitalarios y curiosos de nuestra procedencia aunque en el Perú no hay término medio: o son súper simpáticos o súper antipáticos. Y pasa lo miso con los pueblos, debe ser contagioso. Lo que no es contagioso son los domingos, que son el día de la borrachera generalizada, donde muchos hombres sacan a relucir sus frustraciones y se vuelven violentos y agresivos, mejor estar lejos de los centros urbanos.
Yendo como hemos ido, siempre por la Sierra, el camino ha sido verdaderamente sinuoso, siempre subiendo por valles, coronando pasos y repitiendo, pero al revés, el proceso. Y lo que nunca ha variado es la belleza de sus paisajes, como la inigualable bajada y subida al río Marañón por el oasis de Balsas o las del río Tablachaca, salvajes carreteras, sueño de cualquier cicloviajero.
Dicen que el Perú está cambiando mucho. En las zonas montañosas, territorio campesino por excelencia, los hijos van en masa la escuela y la universidad, ayudados por un sistema de becas estatal. En unos años, como ocurrió en Europa, los campos irán vaciándose porque casi nadie querrá trabajarlos, o usarán inmigrantes de otros países más pobres, como sucede en Europa. Aunque hay gente que se organiza para hacer frente a las corporaciones mineras que tienen compradas el país, la verdad es que los peruanos parecen, al menos en la Sierra, bastante manipulables. Los políticos, que roban lo que pueden y más, hacen con ellos lo que quieren y… más.
Y recién entrados en la Cordillera Blanca nos preparamos para seguir este hermoso periplo de naturaleza explosiva en dirección al sur, donde esperamos juntarnos en algún lugar con nuestros amigos Koldo y Ainhoa, que vienen del sur. Da gusto coincidir con gente auténtica y real, porque por desgracia en Sudamérica “cicloviajeros” vendedores de humo hay unos cuantos…
Pero esa, será otra historia… (fotos debajo)
Recently entered the Cordillera Blanca, we prepare to continue this beautiful journey through bursting nature in direction South, where we hope to meet somewhere with our friends Koldo and Ainhoa, who are going North. It is a pleasure to meet genuine and real cyclotourers, because unluckily in South America not all of them are like this.
But this is another story…
San Ignacio fue el lugar elegido para reposar unos días después del famoso tramo final ecuatoriano. El pueblo en sí no tenía nada en especial pero nos sirvió para darnos cuenta que la comida era más variada y rentable que en el Ecuador y para prepararnos para ser llamados “gringos” con más insistencia que en ninguna otra parte. Aquí llaman “gringo” a todo el que no es morenito, aunque todo hay que decir, que la mayoría sin mala fe. Nunca nos acostumbraremos aunque ya hemos desarrollado el mecanismo para que el vocablo g-r-i-n-g-o pase sin hacer ruido por el sistema auditivo y sin ser descifrado por el cerebro (como si fuera un dron). Pronto descendimos al río Marañón, y lo cruzamos en barca para ahorrarnos entrar en Jaén, un atajo que no resultó tal por el terrible estado en que las lluvias dejaron las trochas. Fue imposible no venirnos a la memoria a Lope de Aguirre y sus marañones cuando 450 años atrás iniciaron en este río una odisea que hoy sería impensable.
Si algo nos ha sorprendido ver es la cantidad de cañones y estrechos desfiladeros que habríamos de atravesar. Estos lugares a Evelin le producen angustia, especialmente cuando la carretera se estrecha y besamos la caída al río. En las cercanías al río Utcubamba florecieron grandes civilizaciones antes de que los incas, los imperialistas de la época prehispánica, ocuparan el lugar. Sus herederos, a pesar de sufrir una pobreza crónica, han sido casi siempre muy hospitalarios y curiosos de nuestra procedencia aunque en el Perú no hay término medio: o son súper simpáticos o súper antipáticos. Y pasa lo miso con los pueblos, debe ser contagioso. Lo que no es contagioso son los domingos, que son el día de la borrachera generalizada, donde muchos hombres sacan a relucir sus frustraciones y se vuelven violentos y agresivos, mejor estar lejos de los centros urbanos.
Yendo como hemos ido, siempre por la Sierra, el camino ha sido verdaderamente sinuoso, siempre subiendo por valles, coronando pasos y repitiendo, pero al revés, el proceso. Y lo que nunca ha variado es la belleza de sus paisajes, como la inigualable bajada y subida al río Marañón por el oasis de Balsas o las del río Tablachaca, salvajes carreteras, sueño de cualquier cicloviajero.
Dicen que el Perú está cambiando mucho. En las zonas montañosas, territorio campesino por excelencia, los hijos van en masa la escuela y la universidad, ayudados por un sistema de becas estatal. En unos años, como ocurrió en Europa, los campos irán vaciándose porque casi nadie querrá trabajarlos, o usarán inmigrantes de otros países más pobres, como sucede en Europa. Aunque hay gente que se organiza para hacer frente a las corporaciones mineras que tienen compradas el país, la verdad es que los peruanos parecen, al menos en la Sierra, bastante manipulables. Los políticos, que roban lo que pueden y más, hacen con ellos lo que quieren y… más.
Y recién entrados en la Cordillera Blanca nos preparamos para seguir este hermoso periplo de naturaleza explosiva en dirección al sur, donde esperamos juntarnos en algún lugar con nuestros amigos Koldo y Ainhoa, que vienen del sur. Da gusto coincidir con gente auténtica y real, porque por desgracia en Sudamérica “cicloviajeros” vendedores de humo hay unos cuantos…
Pero esa, será otra historia… (fotos debajo)
English
We choose San Ignacio to rest some days after the famous last Ecuadorean stretch. The village was of no interest, but there we realized that Peruvian food had more variety and was cheaper than in Ecuador and we got ready to be called “gringos” with much more insistence than anywhere else. Here they call “gringo” everyone who is not dark of skin, but most of the time they do not mean it in an offensive way. We will never get used to it, even if we already developed a mechanism through which the term g-r-i-n-g-o just goes through our hearing system without being decoded by the brain (like a drone). We descended to the Marañon River and we crossed it by boat to avoid entering Jaen, a useless shortcut because of the horrible condition of the dirt road. It was impossible not to think about Lope de Aguirre and his marañones when 450 years ago in this same river they began an odyssey which is unthinkable of today.
We were surprised by the amount of canyons and narrow gorges we would have to cross. These places produce anxiety in Evelin, especially when the road is narrow and we are on the side of the precipice. Near to the Utcubamba River great civilisations rose before the Incas, imperialists of pre-Hispanic times, occupied the area. Their heirs, despite suffering a chronic poverty, have almost always been very welcoming and curious about us, even if in Peru there is no middle term: they are either super nice or super unfriendly. The same happens with the villages, it has to be contagious. What is not contagious are Sundays, the day of the general drunkenness, when many men go out to show off their frustration and become violent and aggressive, and it is better to stay away from urban centres.
Following the road we did, along the Sierra, the path has been really winding, always ascending valleys, crossing passes and repeating the process the other way around. What never changed was the beauty of the landscape, like the incomparable ascent and descent to the Marañon river through the oasis of Balsas or the one of the Tablachaca River, wild roads, dream of every cyclotourer.
It is said that Peru is changing a lot. In mountainous areas, farmers´territory, all children go to school and to university, thanks to a government scholarship system. In a few years, like it happened in Europe, the fields will be empty because nobody will want to do that hard job, or they will use immigrants of other poorer countries like it happens in Europe. Even if some people organize themselves to fight against the mining companies that take over the country, the truth is that Peruvians, at least in the mountains, seem quite easily manipulated. Politicians, who steal what they can and more, do with them what they want…and more.
We choose San Ignacio to rest some days after the famous last Ecuadorean stretch. The village was of no interest, but there we realized that Peruvian food had more variety and was cheaper than in Ecuador and we got ready to be called “gringos” with much more insistence than anywhere else. Here they call “gringo” everyone who is not dark of skin, but most of the time they do not mean it in an offensive way. We will never get used to it, even if we already developed a mechanism through which the term g-r-i-n-g-o just goes through our hearing system without being decoded by the brain (like a drone). We descended to the Marañon River and we crossed it by boat to avoid entering Jaen, a useless shortcut because of the horrible condition of the dirt road. It was impossible not to think about Lope de Aguirre and his marañones when 450 years ago in this same river they began an odyssey which is unthinkable of today.
We were surprised by the amount of canyons and narrow gorges we would have to cross. These places produce anxiety in Evelin, especially when the road is narrow and we are on the side of the precipice. Near to the Utcubamba River great civilisations rose before the Incas, imperialists of pre-Hispanic times, occupied the area. Their heirs, despite suffering a chronic poverty, have almost always been very welcoming and curious about us, even if in Peru there is no middle term: they are either super nice or super unfriendly. The same happens with the villages, it has to be contagious. What is not contagious are Sundays, the day of the general drunkenness, when many men go out to show off their frustration and become violent and aggressive, and it is better to stay away from urban centres.
Following the road we did, along the Sierra, the path has been really winding, always ascending valleys, crossing passes and repeating the process the other way around. What never changed was the beauty of the landscape, like the incomparable ascent and descent to the Marañon river through the oasis of Balsas or the one of the Tablachaca River, wild roads, dream of every cyclotourer.
It is said that Peru is changing a lot. In mountainous areas, farmers´territory, all children go to school and to university, thanks to a government scholarship system. In a few years, like it happened in Europe, the fields will be empty because nobody will want to do that hard job, or they will use immigrants of other poorer countries like it happens in Europe. Even if some people organize themselves to fight against the mining companies that take over the country, the truth is that Peruvians, at least in the mountains, seem quite easily manipulated. Politicians, who steal what they can and more, do with them what they want…and more.
Recently entered the Cordillera Blanca, we prepare to continue this beautiful journey through bursting nature in direction South, where we hope to meet somewhere with our friends Koldo and Ainhoa, who are going North. It is a pleasure to meet genuine and real cyclotourers, because unluckily in South America not all of them are like this.
But this is another story…
Provincia de Amazonas, calor pegajoso, mosquitos y la típica lluvia tropical. Amazonas Province, sticky heat, mosquitos and the typical tropical rain. |
La mayoría de las casas, especialmente en las zonas más pobres de la Sierra, son de arcilla y madera de eucalipto, algunas por cierto, preciosas. Most of the houses, especially in the poorest areas in the mountains, are made out of clay and eucalyptus wood. Some of them are beautiful. |
Día de mercado. A ver si hay suerte y vendemos el cerdo o la oveja… Market day. Let´s see if we are lucky and sell the pig or the sheep… |
Millones de mototaxis dominan las ciudades y pueblos peruanos. Conducen como locos, apurando cada maniobra como si formaran parte de una persecución de una película de James Bond. Millions of mototaxis dominate Peruvian cities and villages. They drive like crazy, manoeuvring as if they would be part of a James Bond movie. |
… y para sorpresas ocultas las que te encuentras en las sopas… …and talking about hidden surprises you can find some in your soup too… |
Comprarles a las campesinas más humildes es un deber. Siempre tratamos de comprarles a ellas. We always prefer to buy from humble farmers. It is very rewarding. |
El desorden más bonito posible, típica estampa peruana. The most beautiful possible chaos, typical Peruvian picture card. |
Es curioso e interesante ver que en regiones tan lejanas como Perú y Sulawesi (Indonesia), haya habido en el pasado ritos funerarios tan similares. Los nichos en la roca guardaban los restos mortales. It´s curious and interesting to see that in places so far apart like Peru and Sulawesi (Indonesia), in the past there have been such similar funerary rites. The niches in the rock walls kept mortal remains. |
El chocho es muy popular en el Perú… Para los que ríen, el chocho es una legumbre con mucha proteína… Chocho is very popular in Peru and is a legume with lots of protein… |
Las ruinas incaicas y preincaicas abundan. Y las que habrá por sacar a la luz… Incan and pre-Incan ruins are plentiful. And who knows how many are still undiscovered… |
Llegadas directamente de la huerta, esperando una cocina a la que ir. Straight out of the garden, waiting for a kitchen. |
Quién sabe qué habrán visto esas paredes. No sabemos por qué, pero lo viejo nos fascina. Who knows what these walls saw. We don´t know why, but old things fascinate us. |
El río Tablachaca nos mira desafiante desde sus dominios. The Tablachaca River looks challenging at us. |
Cañón del Patoko errepidea eta Marañón ibaikoa asfaltatuta daude?
ResponderEliminarKaixo lontxo! oraintxe bertan ikusi dugu komentarioa...barkatu! Bai, Marañon ibaiko errepidea asfaltatuta dago, izugarria! baina Cañón del Patokoa erdia bakkarik. Chiquicaratik Huallancarako errepidea (Huallanca dago Cañón del Pato hasieran) asfaltatzen ari ziren, nik uste dut udarako bukatuta egongo dela...Zu egon zinenetik asko aldatu egin dira kondizioak, orain errezagoa da. Besarkada bat patrón!!!
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